La Comunicación oral a través de las emociones


El trabajo de las emociones en la educación desde temprana edad es una de las tareas esenciales en la escuela de hoy en día. Como Mora (2014) dice: “el cerebro solo aprende si hay emoción”, es decir, a través de la emoción, del interés, la empatía y la comprensión el alumno estará capacitado para desarrollar sus capacidades al máximo. Es por ello tan importante el trabajo de las emociones en las escuelas en cualquier curso y ciclo educativo. 
Con el trabajo de las mismas, se persigue que el alumno/a sea capaz de identificar aquellas emociones que le invaden, que sepa nombrarlas y saber qué son. Una vez que saben lo que sienten pueden ahondar en el motivo por el que surge y en el modo que lo aceptan y se comportan con ello. Saber lo que uno siente da la posibilidad de poder conocerse mejor y saber relacionarse consigo mismo y con el entorno de una forma más adecuada (Campillo Ranea, 2010). 
Goleman establece que la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, de poder automotivarse para mejorar positivamente las emociones internas y las relaciones con los demás.” (Goleman en Campillo Ranea, 2010).
Es por todo ello, que se plantea una sesión en la que se trate el tema de las emociones y la expresión oral en gran grupo. El respeto, la empatía, la comunicación se trabajan a través del conocimiento de uno mismo y del otro y para ello, el diálogo es una herramienta esencial e idónea. Se trata de un diálogo en el que los alumnos van a trabajar en tres fases. Nombrar e identificar sentimientos que pueden poseer, determinar los momentos en los que se pueden producir y las consecuencias que tienen en ellos.
Es una sesión ideada para alumnos de la segunda mitad de la etapa de primaria y, para mantener un ambiente que propicie el respeto y la buena convivencia, se recordarán las normas que los alumno y alumnas escribieron y se comprometieron a cumplir a través del contrato de su aula, siendo este un acuerdo que establecieron con el maestro al principio del curso. En él establecieron aquellos aspectos que se comprometían a cumplir (Respetar el turno de palabra, tratar a los compañeros como les gustaría ser tratados, escuchar, respetar las opiniones ajenas, mantener un ambiente placentero en el que los alumnos se sientan a gusto tal y como son) a cambio obtenían una serie de privilegios como escuchar cinco minutos de música al final de la jornada escolar, escoger sus propias temáticas para las historias de la clase de lengua y crear sus propios juegos matemáticos. Si no se cumplen las normas se establecerán consecuencias directas con las acciones que se han realizado (si se ha manchado la clase se deberá limpiar, por ejemplo).
La sesión en el aula comienza con la presentación de la temática a los alumnos. Se llevará a cabo una clase en el que las emociones, lo que sentimos y lo que expresamos es lo importante y ninguno de ellos será juzgado, todos tienen voz e igual importancia y capacidad para expresar aquello que quieran aportar. 
Se comenzará la clase con una serie de imágenes obtenidas del libro “Emocionario”. Son imágenes que diferentes ilustradores han realizado para representar las diversas emociones. Son: la alegría, el miedo, la tristeza, el asco, el asombro, la inseguridad y la vergüenza.







Las imágenes estarán puestas en una pared de la clase y el aula sentada en semicírculo, sin mesas ni muebles que obstaculicen la comunicación y la visión de todos los componentes del aula. La profesora estará sentada en el semicírculo como todos los alumnos y su cometido es hacer preguntas que den lugar a reflexiones y dar pie a algunas reflexiones. El mediador y la persona que otorga la palabra en el diálogo es el encargado de la palabra de esa semana (alumno que al comenzar la semana acepta encargarse de mediar entre sus compañeros y otorgar la palabra en las clases de forma justa y equitativa, atendiendo a la igualdad de oportunidades). Así pues la profesora comenzará la clase preguntado a qué sentimientos creen que pertenecen esas imágenes. El encargado de la palabra irá nombrando a aquellos alumnos que quieran participar y preguntará a otros sus opiniones para incentivar su participación. Además la profesora podrá preguntar por qué creen que esa es la correspondencia, qué les ha hecho pensar así y qué les inspiran las imágenes. 
Tras identificar las emociones de las que se van a hablar se comienza la siguiente fase que comienza con la siguiente pregunta: ¿Cuándo has sentido esa emoción? Seguida de otras preguntas como: ¿Por qué crees que la sentiste? ¿Qué la provocó? ¿Cuál fue la consecuencia de la misma?
A continuación y como colofón se representarán las emociones. En grupos de cinco alumnos, tendrán que idear una representación de una situación de las que anteriormente habían hablado en la que habían sentido aquellas emociones y el resto de los alumnos deberán adivinar de qué emoción se trata. 
Al terminar la representación los espectadores (el resto de los alumnos y la misma profesora) deberán dialogar y decidir de forma consensuada a qué emoción hacía referencia la representación. 
Para evitar que ningún alumno/a se quede sin hablar o su timidez le impida expresar sus opiniones o aportar ideas a lo expresado por otros alumnos, se recordará en la lectura del contrato de aula la importancia de todos y cada uno de los miembros del aula y se animará a la participación total que permita crear una comunidad de aprendizaje mucho más rica y variada. Para permitir que todo el alumnado se sienta cómodo se les permitirá que elijan su sitio en el semicírculo. Además el encargado de la palabra tiene el cometido de hacer participes a todos sus compañeros, por lo que deberá dar la palabra a todos y la misma profesora puede realizar una pregunta y comenzar el diálogo diciéndole a un determinado niño/a qué opina.
Si existiese algún alumno que imposibilitase el transcurso correcto de la sesión por interrupciones constantes se le recordarían las normas del contrato que ellos acordaron y firmaron. Si la conducta persistiese se podría aprovechar para incluirlo en la sesión de emociones y sentimientos. Intentar trabajar la empatía y el respeto a través de la reflexión de los propios actos: ¿Cómo crees que se siente el alumno que es interrumpido? ¿A ti te gusta? ¿Cómo te gustaría ser tratado? ¿Qué sentís los demás al no ser escuchados? ¿Cómo os gustaría que fuese este diálogo?
Para evaluar se atenderá a una serie de aspectos relacionados con la expresión oral: escuchar (comprender), hablar (expresión), conversar (interacción) y mediar (mediación) (Jiménez Benítez, 2010).  
Con estos aspectos se desarrollarán una serie de cuestiones que servirán para analizar y evaluar a cada uno de los alumnos:
¿Escucha a sus compañeros atentamente y de forma respetuosa?
¿Respeta el turno de palabra?
¿Desarrolla respuestas o ideas relacionadas con lo dicho por algún compañero anteriormente?
¿Sabe expresar de forma organizada y nítida la idea principal de su discurso?
¿Comprende el tema tratado?
¿Usa un lenguaje adecuado al contexto y a la temática?
¿respeta las ideas de otros compañeros aunque no las comparta?




Bibliografía:

Campillo Ranea, J.E. (2010). La importancia de la educación emocional en las aulas. Recuperado el 23 de febrero de 2018: http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/abacoportlet/content/ab2f1d46-cd27-47f8-b849-e928a701df05

Curwin, R. L. y Mendler, A.N. (1999). Disciplina con dignidad. EUA:ASDC, traducción al español autorizado al Iteso, 2003. 
Recuperado el 23 de febrero de 2018:
https://prezi.com/1vj0zc4bkkgc/el-contrato-social-en-el-aula/

Jiménez Benítez, J.R. (2010). Evaluación de la competencia comunicativa. I Congreso de Inspección de Andalucía: Competencias básicas y modelos de intervención en el aula. Mijas: Junta de Andalucía

Mora, F (2013). Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama. Madrid: Alianza Editorial.

Núnez Pereira, C. y Valcárcel, R. R. (2013): Emocionario: dí lo que sientes. Madrid: Palabras Aladas.

Página web consultada: 10 tipos de actividades para trabajar la expresión oral en el aula por Estrella López Aguilar. 
Recuperado el 24 de febrero de 2018:
https://www.orientacionandujar.es/wp-content/uploads/2015/08/Actividades-para-trabajar-la-expresi%C3%B3n-oral.pdf


Comentarios

  1. Hola comapañer@, el tema elegido me parece un tema muy interesante y en ocasiones poco trabajado en aulas, sin tomar conciencia de lo que ello aporta a los niños y a nosotros como profesores. Además, he de decir que hemos coincidido en el tema a trabajar.
    Por lo tanto, decirte que, en cuanto al tema elegido me parece muy interesante y creo que has elaborado una buena actividad.
    Pero tengo una pequeña duda, no se hasta que punto siendo responsable de dar turno de palabra el niño, el resto de compañeros lo respetan, es decir, que sea el alumno quien habla, por eso quizás, aunque la actividad valga para varios cursos, podrías concretar uno específicamente, ya que la edad podrá variar esto que te digo.
    Por otro lado, si el niño tímido se niega hablar el alumno que da el turno de palabra lo dejará y, al intervenir el adulto, el niño tímido se sienta más observado por los compañeros y eso le haga cerrarse más. Quizás para ello previamente puede decirle la profesora al niño que da el turno de palabra que siga el orden del semicírculo o uno de un lado y uno de otro...
    Respecto al niño que interrumpe, me parece muy buena idea de incluirlo en la actividad así poder saber si lo hace por llamar la atención o por otros factores.

    En definitiva, me ha gustado mucho la actividad y me ha parecido muy interesante la forma de llevarlo a cabo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario y aportación Sheila.
      Me gusta mucho que hayamos elegido el mismo tema, he entrado en tu blog y me ha encantado cómo lo has tratado.
      Respecto a tu duda del turno de palabra, en la entrada pone que es una sesión orientada al alumnado de la segunda mitad de educación primaria (4º, 5º y 6º). Me parecía una buena idea el hecho de que la profesora no fuese la que tuviese la batuta del diálogo y que fuesen ellos mismos quienes se autorregulasen. He presenciado aulas en las que figuras de este estilo funcionaban, aunque tienes razón en el hecho de que en una clase más habladora y movida sería complicado.
      Acerca de cómo abordar la participación del niño con timidez tienes razón en que es complejo y puede sentirse cohibido si es elegido de forma arbitraria. Pero me parece que seguir un orden a la hora de establecer un diálogo impide la espontaneidad de querer decir algo o relacionar una idea propia con lo que acaba de decir un compañero. Así que creo que una buena idea sería encontrar una tercera variante o agrupar las anteriores.

      En definitiva, muchas gracias por tus aportaciones, me han hecho reflexionar y abierto los ojos en algunos aspectos en los que no había caído.

      Un saludo.

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  2. Hola Mero Parlante, primero decir que el tema que has elegido me parece muy acertado, ya que la autogestion y conocimiento de las emociones es algo fundamental en el proceso de aprendizaje de los alumnos y al que no se le da importancia en la etapa primaria. La selección de las emociones me parecen muy buenas, puesto que no te centras unicamente en las básicas como son la : alegría, la tristeza y el miedo.

    Me hubiera parecido interesante que también trabajo las emociones como el aburrimiento o frustación dado que son emociones que se repiten constantemente en los alumnos en la etapa de primaria. Sería interesante poder hablar abiertamente de ello y ver las posibles situaciones que pueden provocar estas emociones y poder después trabajarlos en clase.

    En definitiva, has planteado un trabajo muy interesante y del que se puede sacar mucho jugo.

    Amaia Villar

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    1. Esté muy bien que comentes el tema, Amaia, pero hay que tener en cuenta que el tema, aquí, es solo el medio y que el fin es el desarrollo de la competencia comunicativa oral... y de eso no has comentado nada. Tenlo en cuenta en los próximos comentarios.

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  3. Hola
    Me parece una buena idea trabajar este tema pues las emociones son difíciles de definir y más para un niño. Hay que tener creatividad para expresar aquello que te aporta esa imagen, y si se comparte en grupo, puedes ver y entender algo que antes no discernías gracias a la idea de un compañero. Trabajar esto ayuda a los niños a aprender a diferenciar , o diferencias mejor, sentimientos que se dan en su interior, o ponerle nombre a situaciones internas que no reconocían.
    Yo no he trabajado casi nunca esto en el aula, pues da la casualidad que siempre me han tocado alumnos de cursos altos (eso, bachillerato, Transición a la vida aulta...) dónde suelen tener adquiridos estos conceptos, pero mis compañeros lo trabajan con el libro "El monstruo de los colores" de Anna Llenas. Imagino que ya lo conocerás. Si no es así, te dejo un enlace de Youtube donde le puedes echar un ojo, pero si buscas bien, puedes encontrar enlaces para descargartelo.
    https://www.youtube.com/watch?v=S-PTa20NNrI
    Un saludo!

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    1. Guzmán, te digo lo mismo que le he dicho arriba a Amaia. El centro de interés es importante, pero lo es mucho más aún, el objetivo principal de la actividad: el desarrollo comunicativo oral.

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  4. No he encontrado el curso concreto en el que vas a llevar a cabo la actividad, señorita "mero parlante" (me encanta ese juego de palabras con tu apellido). Creo que este diálogo es adecuado para cualquier etapa porque, como sabes, el Emocionario se usa desde EI hasta Bachillerato... incluso en grupos de adultos. Sin embargo, las respuestas que pueden dar los niños de 9 años y las que pueden dar los de 11-12 son muy diferentes. Piensa que la pubertad/preadolescencia supone un auténtico tsunami emocional y los niños y niñas de 4º están aún lejos de esta situación.
    Céntrate en un curso concreto tal y como se solicita en la guía de trabajo.

    Me parece bien el diálogo sobre las emociones a partir de las láminas porque permite un diálogo social real, siempre que seas tú (y no un niño encargado) quien medie para que la participación no sea una suma de autoexpresiones o monólogos individuales. Tienes que estar muy atenta para que se comente, se discuta, se argumente la respuesta que un niño haya dado sobre la emoción que cree que se representa antes de que otro diga lo que le parece a él y eso no puede hacerlo un niño.

    Esa parte es la que yo os pido, es decir, el diálogo grupal de carácter social porque cuando preguntas a cada niño cuándo se ha sentido así y que cuente su experiencia, no puede hacer diálogo: cada uno responderá de forma individual, como en una asamblea de EI. Y eso es una sucesión de monólogos individuales en un contexto de gran grupo. ¿Es malo? No. ¿Podemos hacer actividades de este tipo? ¡Claro! pero sabiendo que estarás trabajando casi todos los aspectos de la competencia comunicativa oral excepto el INTERCAMBIO comunicativo social real; justo lo que yo os pido específicamente.

    En cuanto a la representación, vale, pero ya es un añadido y el diálogo final es, como el de las láminas pero a partir de las actuaciones. Redundante si es en la misma sesión.

    De todos modos me gustaría que no vieses la actividad que os he pedido como algo extraordinario que lleva mucho tiempo, que hay que preparar concienzudamente y que tiene cierto carácter de excepcionalidad. Las diferentes formas de comunicación oral pueden trabajarse a diario en las aulas de EP y no necesariamente en clase de Lengua. Estos diálogos grupales deberían hacerse al menos cada 15 días. Por eso han de ser mucho más sencillos de lo que tú has planteado. De hecho, tu hincapié está puesto más en las emociones que en la camunicación oral en sí misma.

    Deberías incluir una tabla sencillita de evaluación, fácil de rellenar, para ir anotando el progreso de los alumnos a lo largo del curso. Debe reflejar los aspectos en los que te vas a ir fijando durante la puesta en práctica de la actividad. En la calificación final del ítem de comunicación oral (y de cualquiera que suponga el desarrollo de una habilidad, capacidad o competencia), no puede hacerse una media del trimestre sino tener en cuenta las últimas actividades. Se supone que el niño va evolucionando y es el momento final el que determina su nivel.

    Debes incluir también una tabla de autoevaluación para los niños, con los mismos items que tú vas a evaluar pero presentados de forma sencilla y con una descripción de niveles de consecución tipo: nunca-a veces-siempre o mas-regular-bien-muy bien. Cada vez se le da más importancia a hacer partícipes a los niños de sus aciertos y errores, de que tomen las riendas de su propio desarrollo de competencias. Para ello es importante que se autoevalúen y se pongan retos de aspectos a mejorar y potencien sus puntos fuertes.

    Incluye, además, una breve retroalimentación (oral y pública) para cada niño. Un punto débil para mejorar (solo uno cada vez) y un punto fuerte para reforzar y felicitar (uno solo también). De esta forma, ninguno se siente mal. Aunque los niños se autoevalúen, necesitan saber qué hacen bien y qué deben mejorar desde una perspectiva externa.

    Y, para ser del todo justa, pregunta también a los niños sobre la organización y desarrollo de la actividad para que te ayuden a autoevaluarte.

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