¿Escribimos? (corrección)


García Velázquez (2002) desarrolla en un interesantísimo y recomendable artículo las cualidades y el trabajo de un profesor constructivista enfocado a la escritura. Determinado que este debe ser una figura que favorezca la autonomía pero que esté presente y disponible para cuando cualquier persona del aula tenga dudas o precise ayuda. Debe basar el proceso enseñanza-aprendizaje en tareas funcionales y significativas que motiven al alumnado y debe prestar atención a su estado emocional, mental, a su curiosidad, intereses, pensamiento y lenguaje. Su cometido es apreciar la diversidad del aula como una riqueza y ajustar la ayuda pedagógica según las necesidades y capacidades de cada niño/a.
Además establece que, considerando los aspectos básicos de la propuesta constructivista, las funciones de un maestro que pretenda enseñar a escribir y leer son (García Vázquez, 2002):
·         Considerar los niveles conceptuales de los niños. Permitir al alumnado que desarrolle la escritura y la lectura considerando los conocimientos que los niños y niñas tienen del lenguaje y respetando que, pese a que existe una progresión regular, no todos aprenden y avanzar al mismo ritmo.
·         Seleccionar los textos según las necesidades de los alumnos y las vivencias del aula. Todas las actividades tienen que partir de textos significativos. Siendo por ejemplo:
o   Enumerativos (listas, catálogos, agendas, tablas, diccionarios, rótulos, etc.).
o   Informativos (diario de clase, periódicos, revistas, murales, el periódico del colegio, etc.).
o   Expositivos (registros de observaciones: tiempo, temperatura, plantas, asistentes; hojas de control: cuidado de plantas, animales, etc.; reseñas de exposiciones, trabajos, etc.; dossieres temáticos, itinerarios, biografías...).
o   Literarios (cuentos, poemas narraciones, leyendas, teatro, adivinanzas, textos de fiestas populares, poemas, canciones, entrevistas a autores...).
o   Prescriptivos (instrucciones de experimentos, procesos de fabricación, actas de reuniones, convocatorias, reglamentos, normas de convivencia, intercambio de recetas o de instrucciones de juegos o trabajos...).
·         Motivar al alumno y focalizar su atención.
·         Hacer la tarea accesible y bien estructurada atendiendo a los distintos niveles de dificultad y los requisitos de la misma (tener en cuenta lo que se va a escribir, cómo, con qué material, donde buscarlo…).
·         Organizar los espacios y materiales de forma práctica y útil.
·         Cuidar la formación de los grupos y los agrupamientos, teniendo en cuenta criterios como la personalidad, el nivel académico, los intereses, etc.
·         Ayudar a crear estrategias para resolver los conflictos interpersonales que faciliten la participación y el diálogo
·         Crear una evaluación objetiva enfocada a resolver los problemas y las dificultades.
Es decir, se trata de un maestro o maestra que tiene en cuenta que el agente principal del proceso enseñanza-aprendizaje es el alumno y que, por lo tanto, este proceso debe basarse en sus gustos, intereses y necesidades y debe organizarse en torno a la idea de que todos somos seres únicos con diferentes capacidades y cualidades, por lo que el proceso debe ser individualizado. Los diferentes niveles en un aula deben verse como un hecho corriente y enriquecedor al que se debe saber responder activa y positivamente.
Tras esta pequeña introducción acerca del ideal de trabajo del maestro para que el desarrollo de la lectoescritura sea óptimo, se desarrollan tres entrenamientos por modelado (copiado) para que unos niños con retraso escritor mejoren su competencia caligráfica en tres cursos diferentes (2º, 4º y 6º de primaria) no se trata de un trastorno, sino de un leve retraso (mala letra, con errores en los trazados y menos evolucionada que la del resto de sus compañeros).

Carlos, Alumno de segundo de Primaria.
En la clase de segundo de primaria se está realizando un proyecto de trabajo a través de la escritura de cartas al granjero que conocimos en la excursión a la granja escuela y al que le ayudamos con problemas que le surgen en su granja. Le mandamos una carta tipo con las respuestas.
Para el desarrollo de las competencias matemática, lingüística, artística, etc., en el aula se decide hacer un proyecto basado en ayudar al granjero de la granja-escuela que conocimos en la última visita. Este granjero comienza a mandarnos cartas para que le ayudemos con problemas que le surgen en su granja, con los animales que conocimos y con el terreno en el que estuvimos. En estas cartas nos puede pedir ayuda para saber el número de huevos que puede poner su gallina favorita, los litros de leche que necesita el ternero para alimentarse, etc. En ellas incluirá datos que permitirán al alumnado saber o poder responderle. Es una manera o forma de establecer una significación en el trabajo en el aula y la existencia de un hilo conductor. Las cartas también pueden pedir consejo para saber qué decirles a otros niños que van a la granja-escuela o puede querer sugerencias para realizar un cartel bonito para poner en la fachada de la cabaña del perro, etc.
Carlos tiene mayores dificultades a la hora de escribir las cartas de respuesta al granjero. Tiene mala letra y necesita de un mayor apoyo o una adaptación que le permita organizar y desarrollar su escritura mejor. Es por ello, que se le presenta una plantilla base de la carta, con la que pueda apreciar la organización de la misma y pueda copiar los pies y los finales de los párrafos.
Para hacer partícipe a Carlos acerca de sus dificultades y su posibilidad de mejorar y motivarle con ello, se busca la autoevaluación y la motivación intrínseca del alumno. Se le preguntará aquello que cree que puede mejorar en sus cartas, diciéndole que si quiere, la puede comparar con las cartas que el granjero manda al aula. Le ayudaremos a reflexionar, haciendo preguntas y buscaremos que Carlos concluya que para que el granjero entienda aquello que le quiere decir, necesita escribir de forma más clara y ordenada.
En el aula se insiste con el hecho de que todos somos diferentes y todos necesitamos más o menos ayuda en diferentes ámbitos. Se busca una organización individualizada del aula en el que cada alumno es consciente de que posee un ritmo y a partir de él cada uno trabaja. Todos los alumnos son diferentes y pueden alcanzar los mismos objetivos aunque a ritmos diferentes y con necesidades de apoyo diversas. En el aula se intentará crear un ambiente de respeto y comprensión mutua en el que cada uno evalúa su aprendizaje y aprecia su propio desarrollo. No se juzga, se comprende y se responde a la necesidad.
Tras Carlos apreciar que necesita una ayuda para estructurar las cartas que le va a escribir al granjero, se le presenta una plantilla de carta en un folio con líneas doble que puedan ayudar al alumno a delimitar las letras. Siempre tiene que saber que la línea importante es la base y la superior solo marca la sugerencia de tamaño de la letra, pero nunca se obligará al alumno a que escriba entre los límites, ni se le hará borrar aquello escrito porque no está dentro de lo establecido por las líneas. Utilizará para escribir el lápiz, con el que podrá borrar y podrá escribir con mayor soltura. Ya que tiene problemas con los trazados, se utilizará en las cartas base, la letra cursiva que permita al alumno ver la continuidad y la fluidez de la palabra (y es la letra con la que está aprendiendo). Además estará pautada.
En las cartas, Carlos puede dictar a la profesora aquello que quiere decir (Carlos dictaría a la maestra su mensaje para el granjero) y la profesora se lo entregaría en un folio pautado con letra cursiva (similar a aquella con la que ha aprendido a escribir) para ayudarle y darle una mayor seguridad. La primera carta pautada es la siguiente:

 





Para hacer un seguimiento y una evaluación de su desarrollo, se hará un cuaderno con todas las cartas mandadas al granjero. Este cuaderno podrá ser visto por Carlos para que él mismo autoevalúe su evolución y pueda apreciar los cambios y las mejorar que ha ido realizando, así como aquello que aun puede mejorar.
Por otro lado, en el aula existirá el rincón de la lectura y la escritura. En este rincón habrá una bandeja con arena puesta sobre una altura, que permita a los alumnos experimentar con ella estando de pie. Esta bandeja está situada junto a una pared que tiene un panel. En este, los alumnos disponen de blue tack para pegarle aquello que quieran escribir. El objetivo es que los alumnos redacten a la maestra textos, palabras, letras y lo peguen con el blue tack en el panel y escriban con la arena las letras y palabras del mismo.

Al lado del panel hay una pizarra con trípode en el que, si lo ven más oportuno, pueden escribir también.
A Carlos le gusta mucho el Atlético de Madrid. Por lo que se le puede preparar modelos que hablen del atlético, nombre de jugadores, etc. para que, en este rincón, pueda experimentar con el trazado y con la escritura de aquellas palabras que le pueden motivar y gustar, ayudándole así a desarrollar la motricidad fina de manera diferente.

Adriana, alumna de cuarto de primaria

Los alumnos de cuarto de primaria tienen una dinámica de trabajo, a partir de la cual todas aquellas palabras que no conozcan y nadie sepa decir su significado, se buscan en el diccionario y se escriben en el diccionario de clase, también llamado Palabrea. Estas palabras conforman el nuevo conocimiento del aula y al finalizar cada semana, se realiza un concurso con tres de ellas elegidas al azar. En este concurso disponen de tres minutos para responder y escribir el significado que corresponda. No habrá un ganador ni un perdedor, este concurso sirve para que los alumnos repasen los días de antes aquellas palabras que han ido surgiendo en el aula y puedan autoevaluarse viendo si las han sabido responder o no. Al terminar los tres minutos, los alumnos dirán en voz alta los significados para que puedan corregir entre todos las palabras y puedan observar si se han equivocado o si pueden completar su definición.
El diccionario Palabrea de Adriana es caótico y no tiene una organización, limpieza ni letra buena, por lo que se decide reflexionar como con Carlos acerca de su propio Palabrea. La reflexión tiene el mismo objetivo hacer consciente y partícipe al alumno de aquello que puede hacer mejor, haciéndole consciente de que cuanto más orden y claridad en la escritura, mayor facilidad para entender y aprender esas nuevas palabras.
Se le ofrece que su cuaderno de palabrea tenga hojas de cuadrícula que le permitan orientar la escritura y organizar el espacio de una forma más intuitiva y fácil y podrá escribir con bolígrafos de diferentes colores si lo precisase y a ser posible de los que se pueden borrar, para dar la oportunidad de equivocarse y corregir en el momento. En este cuaderno se le pondrán unas pautas en las que la palabra se escribirá, seguida de su significado. Para hacerlo más visual, la maestra o maestro, le otorgará el modelo de lo que debe escribir, teniendo debajo del mismo un espacio para copiarlo. Permitiendo así que la alumna visualice cómo podría escribirlo. La letra que se utilizará será la más parecida a la de la propia alumna, intentado así respetar la letra propia y aceptando que en estos cursos no se debe modificar.  El modelo que se le otorgará es el siguiente:



Para realizar su autoevaluación, las palabras estarán todas en su propio cuaderno palabrea, por lo que  podrá observar sus mejoras y aquello que aun necesita más trabajo.

Julia, sexto de primaria
Los alumnos de sexto de primaria realizan un periódico con “tirada mensual” en el que recogen aquellas noticias del colegio, del mundo y de su barrio que les parece reseñables.
Con la excusa del periódico se intentará mejorar la dirección de la escritura y la letra de Julia. Para ello se reflexionará con ella como con sus compañeros de otros cursos, intentando que surja de sí misma las ganas de mejorar aquellos ámbitos en los que encuentra una mayor dificultad. Como los artículos del periódico los escriben en folios en blanco, se le permitirá a Julia que cree su propia falsilla o plantilla con líneas, que ponga detrás del folio y le sirva para guiar su escritura y el tamaño de la misma. Se creará un artículo de un periódico que servirá de modelo, permitiéndole que se fije en la estructura y en el modo en el que se redacta. Podrá utilizar para escribir un folio en blanco (con la plantilla) y un bolígrafo.  

El texto que servirá de modelado es el siguiente (el alumno le dirá a la maestra lo que quiere escribir y esta se lo presentará en un modelo). El propio niño elegirá la fuente con la que se siente más cómodo y que más le gusta para guiar su escritura.

 El modo de evaluar es igual al de sus compañeros. Podrá ver su trayectoria y el desarrollo de sus artículos a lo largo del tiempo y comentará con la profesora aquello que aprecia acerca de su evolución.

BIBLIOGRAFÍA:


  • García Velázquez, A. (2002): La vida de la escritura II: El maestro constructivista. Revista Pulso nº 25 (11-23pag).
  • Llorente Puerta, M.J.: La imagen en el proceso constructivista del  aprendizaje de español como L2 para neolectores.Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/24/24_375.pdf
  • Alviz González, L. (2010): La grafomotricidad en educación Infantil. Revista Arista Digital nº 16 (pp 48-54).
  • Labajo, Irune (2018): Apuntes de clase

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